Estado de confusión para variar.
No logro entender dónde y cómo se llega a estados
profundos de inspiración.
Tengo la certeza que la inspiración maldita viene cuando
uno se siente como el culo, herido, perdido, en estados eufóricos … no entiendo
a donde se va la inspiración cuando uno se siente por fuera de la euforia, por
fuera de la compulsión oral a comerse todo lo que venga por delante. Cómo se
vuelve a entrar? Cómo era?!
The underground… lugar que nunca voy a poder olvidar. No lo
quiero olvidar nunca. Ahí, en ese espacio nacieron cosas muy importantes que
nunca voy a poder transcribirlas.
En este preciso momento quiero agarrar el teclado y
tirarlo a la mierda, acostarme en la cama y dormir mirar un rato la caja boba
hasta quedar en estado cero y dormirme.
Mi cabeza no para de viajar pero con otro ritmo, mas
lento, espaciado, con lagunas, con bloques que se distancian el uno del otro.
Sin embargo a veces aparece un remolino de inspiración,
enorme, abrumador… y me lo como, no lo largo, me quedo quietita… quieta quieta
quieta… quieta! Shht… sh!
Estoy trabajando duro para poder expulsar todo esto y
estoy segura porque me lo planteé como objetivo que esto va a salir, y tiene
que salir y debe salir afuera antes de que me coma.
Necesito encontrar espacios de creación en todos lados.
Mis casas generalmente siempre estuvieron plagadas de magia. En cada rincón algo para
admirar, soñar, crear. En cada rincón quizás un pequeño recuerdo de algo que
impactó en mi.
Colores, luces, texturas, cosas recolectadas, cosas de la
calle, de la feria, de la infancia, cosas de la playa, regalos, lo que sea que me despierte una emoción intensa.
Necesito y siempre voy a necesitar de la intensidad, esa soy yo.
Me encuentro hoy en un escenario que no lo cree yo. Que
sí soy parte de, pero no es mío.
Mis espacios son fundamentales, sin ellos me siento llena
de ropa, y con ellos me siento en bolas y puedo disfrutar de esa libertad, la
puedo sentir, tocar y vivenciar. Esa sensación la sentí por primera vez en el
Underground, mi primera etapa de independencia, mi primera vez.
Llegaba a mi casa (no importa si triste o feliz)y tocaba esa libertad, ese ritual que me había
construido para crear personajes y criaturas salvajes que salían de mi. Un ritual
que en un comienzo fue hermoso y lleno de magia y que después se convirtió en
una pesadilla.
Hoy, me siento llena de ropa y me cuesta llegar a esos
instantes de creación, de intimidad con el arte de crear.
Ahora estoy escribiendo pero probablemente cuando termine
de escribir voy a pensar que es una cagada, que no es mas que un texto basado
en frustraciones, en un texto lleno de nostalgia.
Es cierto que nunca fui muy equilibrada, pero después de
tiempo trabajando para el equilibrio, éste me dio una mala pasada, ya estoy extrañando la desestabilidad porque
no le logro encontrar el sentido! Porque no logro vivir bien, porque no logro
juntar los dos polos … no se como se hace, crecí así y el orden me desordena, la
quietud me desespera, la tranquilidad me aburre y la locura me sobrepasa.
Siento cierta nostalgia por épocas que pasaron y es una
sensación extraña porque la recuerdo con extrañeza. Y a decir la verdad, nunca
me importó ni me importa mi mucho el contexto de las cosas, esas fronteras o
límites que solemos poner. Nunca me importó mi edad, cuando era chica me sentía
grande y de grande me siento chica, entonces es difícil para mi pararme en una
realidad concreta, es un continuo estar, caminar, sin importar esas fronteras. No
tengo el complejo de que en tal momento de la vida hay que hacer tales cosas,
give a fuck! No me interesa, no lo siento ni lo percibo como importante.
Yo quiero crear, es lo único que me importa. Y aseguro
que es una de las ideas mas fijas y estables en mi vida: crear, actuar,
escribir. Esas tres palabras para mi crean mi universo, sin ellas siento que la
vida pierde sabor, juego y complicidad.
Mi cuerpo se sigue tatuando con estas necesidades y artes
para nunca olvidarme de mi, de lo que fui y lo que voy a seguir siendo.
Amen!