llega la tarde, miro mi casa y siento nostalgia.
los tiempos se acortan y nosotras seguimos creciendo.
dentro de poco no vamos a caber mas allí...
como cuando Alicia en su mundito de fantasía comió hongos y crece crece crece y la casa le queda chica.
esta vez, siento que la casa queda grande...
se respira amor, pero también tensión.
se respira amistada, pero también incomodidad.
se respira contención, pero también incomunicación.
no se qué sucede en las relaciones humanas que todo parece un embrollo.
recuerdo una imagen de Quino que pasa horas tratando de desenredar un ovillo de lana, estuvo horas con eso en la mano torturándose para encontrar la forma más eficiente para lograr que se desenriede... una vez que lo logró, se quedó mirando esa perfecta línea de lana que caía a lo largo y no supo más que hacer, quedó en un momento de silencio, mirando alrededor, perplejo, aburrido. ¿Lo complejo, el meollo es entretenido? quizás sí... pero cuando se va de las manos, se puede inundar nuevamente un hogar.
se siente extraño sentirse ajeno a veces a su propia casa, se siente extraño también no querer compartir momentos o instancias que antes eran placenteras y ahora son actuadas.
amo mis hogares, siempre fueron construidos con amor, diversión y magia.
creo que sin esos tres elementos nada funciona.
y como dice una película en donde actúan dos grandes valuartes "Something's Gotta Give".
es así, hoy por vos, mañana por mi, y mañana por el almacenero!
tema nómade no me gusta, sólo si pudiese viajar, pero por ahora no money!
así que viajo siempre en mi cabeza... amo mi cabeza por eso, más allá que tengo océanos de olvidos, y soy absolutamente distraída para algunas cosas... mi océano de fantasías nunca para, mi risa tampoco, aunque a veces esconda miedos o tristezas.
me gusta mirar para adelante.
me quiero quedar.
pero bien.
sino, taza taza
besos!
el niño peleador herido que llevamo´adentro
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